El día de hoy voy a hablar de una técnica que me gusta exprimir.
Es la técnica que me ha permitido hacer algunas de mis mejores fotos (al menos las que más me gustan).
Esta técnica es el Contra-Picado, como su nombre lo indica consiste en hacer un picado con la cámara, pero al revés, es decir, pasar de una posición en la que se apunta hacia abajo, para apuntar hacia arriba.
Una imagen con esta técnica puede dar la sensación de inmensidad a un objeto que en realidad no es tan grande.
Hoy voy a mostrar dos imágenes, ambas tomadas el mismo día, el 5 de diciembre de 2012, aprovechando que hacía una buena tarde y el cielo estaba despejado.
La primera es esta:
Es de un portón, donde se pueden apreciar los detalles de la talla en piedra coralina, los poros y aún, un pedazo de la verja que franquea la entrada.
El detalle que más me gusta de esta foto es el cielo, de un azul consistente y con nubes como algodón, rompiendo la monotonía del mismo.
La segunda es una de las fotos favoritas de Diana, me atrevería a decir que le gusta más que la anterior (la del post de Sepia)
Esta foto no tiene nombre, no pertenece a ninguna serie, y como casi todas mis buenas fotos... Salió sin pensarla, simplemente disparé y este es el resultado:
Es una estatua de un ángel, también tallada en piedra coralina, esta vez se aprecian más detalles, las sombras de la escultura juegan un papel primordial pues marcan los pliegues de la túnica del ángel y le dan la sensación de vuelo, como si el viento ondeara la "tela"
La imagen me da paz interior, es silenciosa, ese cielo infinito lo comparo con la esperanza, nunca se acaba.